Oscura ventana tras el silencio.
Se abre la puerta y entra el viento,
sorprendentemente cálido.
Que frialdad en tu mirada mientras contemplas el infinito.
Te tiembla la piel, las yemas de los dedos,
y mientras, contemplas el infinito
Se abre la puerta y entra el viento,
sorprendentemente cálido.
Que frialdad en tu mirada mientras contemplas el infinito.
Te tiembla la piel, las yemas de los dedos,
y mientras, contemplas el infinito