miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cuando se tiene perrada no puedes imaginarte su vida cuando tú no estás. Normal, no?
Siempre me había preguntado como reaccionarían si alguien entrara, por ejemplo, en casa sin estar yo.
Pués ya lo sé. Mora, esto lo tenía claro, la verdad, tan tranquila. Rufo es el que se ha vuelto algo loco y agresivo. El pobre. Hoy he madrugado como solo madrugo cuando tengo un rodaje. Les he dejado algo aturullados pero la que se ha ido de casa algo más aturullada he sido yo. Nada extraño. El caso esque me he dejado la llave puesta por dentro. Vale, soy una calamidad, pero levantarte a las seis de la mañana para mucha gente será normal, pero para mí, no.
Cuando ha venido Ana no ha podido entrar y le ha entrado el panico. No por mi, las cosas como son, sino por la perrada... No sé como lo ha conseguido pero ha conseguido una escalera y a un chaval para que entrara en la casa y abriera la puerta. Toma ya!!! Y yo que normalmente cuando viajo dejo siempre abierto el balcón porque pensaba que era imposible entrar.
Menos mal que tengo al Rufo, ya que ha recibido al intruso como un jabato y solo se ha calmado escuchando la voz de Ana através de la puerta.
Todo esto mientras yo, ingenua de mí, me tomaba en un bar una cafetera toda seguida, para poder vestir a la gente con ropa y no con sevilletasde papel.
Si es que los Martes 13 tienen su aquel!!!

1 comentario:

  1. ¡Ay El Rufo!...tantas horas en el gimnasio han surtido efecto. Más que un bozal, una chaqueta de fuerza.

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